Somos Vilber (II) | Un respiro para Francisco y Milagrosa

Francisco nos recibió en casa con un bizcocho: esa fue su forma de celebrar y mostrar agradecimiento con nuestros trabajadores. Pero cuando hablamos con él no es necesario nada material para hacernos entender cómo le ha cambiado la vida la instalación de la silla salvaescaleras por parte de Vilber. Se le nota en la voz: su vida es ahora más fácil. Hasta hace poco, para salir a pasear con su hija, Milagrosa, paciente de epilepsia, tenían que llamar a los bomberos para que la bajaran del 4º piso donde viven.

«Nos ha cambiado la vida»

Cada año se detectan entre 12.400 y 22.000 nuevos casos de epilepsia, una de las enfermedades neurológicas crónicas más comunes. De todos estos, el 75% de los casos aparecen en la niñez o adolescencia; sólo unos pocos alcanzan la gravedad del caso de Milagrosa: hasta 30 crisis epilépticas no controladas en un día. Para ella, la epilepsia es una discapacidad que le dificulta la movilidad y la ha dejado en casa, enclaustrada.

Hasta hace poco, para salir, Francisco, su padre, tenía que llamar a los bomberos, a la Guardia Civil o pedir ayuda a algún vecino. Viven en un 4º, dentro de un bloque de pisos situado en Cádiz. «Cuando íbamos al médico nos ayudaban los bomberos, los vecinos o protección civil. Conocí a uno de los trabajadores de Elevadores Vilber y decidí llamarle y pedir la silla salvaescaleras. Estoy muy orgulloso de haber tomado esta decisión; llegó un momento en que decidí que era la mejor solución para que ella pudiera salir y entrar con más tranquilidad», recuerda. Fue su hijo el que contactó con Vilber y puso en marcha la adquisición de una silla salvaescaleras que, reconoce, les ha cambiado la vida.

Cuando hablamos con Francisco, se muestra agradecido y emocionado por el trato de Elevadores Vilber, así como por su servició técnico: «Tengo el seguro con vosotros y estoy muy tranquilo. Además, dispongo del número de su servicio técnico y sé que si le pasara a la silla me lo solucionarían en un momento», explica. Y añade: «Los mecánicos de Elevadores Vilber son muy buenos; casi robots. Muy trabajadores. Por suerte, todavía no hemos tenido que hacer ninguna revisión, pero fueron muy rápidos instalando».